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martes, 2 de julio de 2019

Genero Merengue


Merengue

El merengue es un género musical bailable originado en la República Dominicana a finales del siglo XIX. Es muy popular en todo el continente americano, donde es considerado, junto con la salsa, como uno de los grandes géneros musicales bailables que distinguen el género latinoamericano. También es muy popular en parte de Europa, como España, entre otras latitudes. El merengue fue inscrito el 30 de noviembre del 2016 en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
En sus orígenes, el merengue dominicano era interpretado con instrumentos de cuerda (bandurria y/o guitarra). Años más tarde, los instrumentos de cuerda fueron sustituidos por el acordeón, conformándose así, junto con la güira y la tambora, la estructura instrumental del conjunto de merengue típico. Este conjunto, con sus tres instrumentos, representa la síntesis de las tres culturas que conformaron la idiosincrasia de la cultura dominicana. La influencia europea viene a estar representada por el acordeón, la africana por la tambora, que es un tambor de dos parches, y la taína o aborigen por la güira.

Aunque en algunas zonas de la República Dominicana, en especial en el Cibao y en la subregión Noroeste, hay todavía conjuntos típicos con características similares a aquellos pioneros, este ritmo fue evolucionando durante todo el siglo XX. Primero, con la introducción de nuevos instrumentos como el saxofón y más tarde con la aparición de orquestas con complejas secciones instrumentales de vientos.
La evolución del merengue de letra decente para amenizar una de sus rumbas. A partir de entonces, se diseminó muy rápidamente por todo el país. En 1875 el presidente Ulises Francisco Espaillat (conocido por sus escritos contra el merengue) inició una campaña contra el merengue por sus bailes y letras explícitas, pero fue totalmente inútil, pues ya el baile se había adueñado del Cibao, donde se hizo fuerte a tal punto que se asocia hoy a esta región como la cuna del merengue.

Como fueron músicos cultos los que fijaron la forma musical del nuevo merengue, los músicos populares trataron de imitar y seguir este modelo, mientras que el hombre de campo continuó tocando el merengue en su forma original. Esto dio origen a dos formas de merengue: el merengue folclórico o típico, que aún se encuentra en los campos, y el merengue de salón, propio de los centros urbanos. De esta manera, desplazó a algunos otros bailes típicos como la tumba, que requería gran esfuerzo físico y mental, mientras que la coreografía del merengue, en la que el hombre y la mujer no se sueltan nunca, era bastante simple, aunque poco a poco fueron desarrollándose muchas diversas figuras para este baile de salón con las personas. Hoy en día existe un gran repertorio de este género musical en el cual se ha destacado el llamado "merengue callejero".


Origen del Merengue.

Se discute aún el origen del merengue. Entre las opiniones diferentes acerca del tema encontramos:
·         Fué Alfonseca quien inventó el merengue (Según Flérida de Nolasco).
·         Su origen y aparición se pierde en las brumas del pasado (Julio Alberto Hernández).
·         Nació con carácter de melodía criolla tras la Batalla de Talanquera donde triunfaron los dominicanos (Rafael Vidal).
·         Parece ser que el merengue se desprende de una música cubana llamada UPA, una de cuyas partes se llamaba merengue. La UPA pasó a Puerto Rico, de donde llegó a Santo Domingo a mediados del siglo pasado (Fradique Lizardo).
Al parecer Lizardo se acerca al meollo de la cuestión. En 1844 el merengue aún no era popular, pero ya en 1850 se puso de moda, desplazando a la Tumba. A partir de ese momento tuvo muchos detractores.
A principios de la década de 1850 se desató en los periódicos de la capital dominicana, una campaña en defensa de la Tumba y en contra del merengue que reflejaba el auge que iba adquiriendo el merengue en detrimento de la última.
Don Emilio Rodríquez Demorizi dice: "Los orígenes del merengue siguen pues, en la niebla. No parece que pueda atribuirse a origen haitiano. De haber tenido esa oscura procedencia no habría gozado de boga alguna en 1855, época de cruentas luchas contra Haití; ni los que en ese año repudiaban al merengue habrían dejado de señalar tal procedencia como suficiente motivo. Tampoco lo señaló Ulises Francisco Espaillat en sus escritos contra el merengue en 1875". En realidad, poco se sabe en concreto acerca del origen del merengue.
A mediados del siglo pasado, de 1838 a 1849, un baile llamado URPA o UPA Habanera, se paseó por el Caribe llegando a Puerto Rico donde fue bien recibido. Este baile tenía un movimiento llamado merengue que al parecer es la forma que se escogió para designar el baile y llegó a nuestro país donde ni siquiera se mencionó en los primeros años. Posteriormente fue bien acogido y hasta el coronel Alfonseca escribió piezas de la nueva música con títulos muy populares como "¡Ay, Coco!", "El sancocho", "El que no tiene dos pesos no baila", y "Huye Marcos Rojas que te coje la pelota".
La estructura musical del merengue en la forma que se puede considerar más representativa constaba de paseo, cuerpo o merengue, y jaleo. Se le quiere atribuir a Emilio Arté erróneamente el haber agregado el paseo al merengue tal como existía en su época. Toda la música se escribe a un ritmo de 2 x 4 y existen discrepancias en cuanto al número de compases que deben constituir cada parte, pues se abusaba a veces al alargarlas "ad infinitum".
Las formas literarias que acompañan al merengue son las más comunes dentro del arte popular la copla, la seguidilla, y la décima, apareciendo pareados de vez en cuando.

Desde el principio el merengue se interpretó en los instrumentos que poseía el pueblo y que les eran más fáciles de adquirir, las bandurrias dominicanas, el Tres, el Cuatro. A fines de siglo pasado hizo su entrada por el Cibao el acordeón diatónico de origen alemán que por su fácil manejo desplazó la bandurria. Por sus escasas posibilidades melódicas este instrumento limitó la música que interpretaba y así el merengue se conservó en cierta forma desvirtuado con relación al original.
Con esta variante el merengue se adentró en la sociedad dominicana, integrándose por completo con ciertos sectores sociales desplazando inmediatamente a otras danzas que como la Tumba, por ejemplo, requerían de sus ejecutantes (bailadores) un gran esfuerzo mental y físico. Este último tenía once figuras diferentes. Es fácil de imaginarse por qué el merengue con su coreografía reducida a la más simple expresión pudiera desplazar a todos sus rivales y acaparar el fervor del pueblo.

Coreografía

La coreografía del merengue se reduce a lo siguiente:
·         El hombre y la mujer entrelazados se desplazan lateralmente en lo que se llama "paso de la empalizada", luego pueden dar vuelta hacia derecha o izquierda. Esto constituye el verdadero "merengue de salón", en el cual las parejas no se separaban jamás.

·         Existe también lo que se conoce con el nombre de "merengue de figura" en el cual las parejas hacían múltiples evoluciones y adornos o "floreros" como se le llamaba, pero siempre sin soltarse.

·         El merengue genuino y auténtico solo sobrevive en las zonas rurales. La forma tradicional del merengue ha cambiado. El paseo desapareció. El cuerpo del merengue se ha alargado un poco más y en vez de 8 a 12 compases a veces se le ponen desde 32 hasta 48. El jaleo ha sufrido la introducción de ritmos exóticos que lo han desnaturalizado.


Rechazo inicial y aceptación posterior

A pesar de su auge entre las masas populares, la clase alta no aceptó el merengue por mucho tiempo, por su vinculación con la música africana. Otra de las causas que pesaron sobre el repudio y ataques contra el merengue fueron los textos literarios que lo acompañan, generalmente subidos de tono. Por ejemplo:

Tó loj' cuero* son de Santiago
y en Santiago ello' viven bien
y por culpa de'sa maidita
santiaguero soy yo también

En la Rep. Dominicana se le llama cuero a una mujer de poca dignidad, prostituta, inmoral.
Otras danzas dominicanas de origen negro no fueron atacadas por su carácter de danzas rituales. Esto que chocaba con la concepción religiosa de los grupos de la clase elevada. Su mismo carácter ritual hacía que su práctica se restringiera a unos pocos lugares o días al año, con un alcance o difusión entre la población muy limitado. El merengue por el contrario por su carácter de danza de regocijo se introdujo con más facilidad en los lugares de fiestas generales y por esto la reacción en contra si bien fue fuerte, fue vencida por el sabor de su ritmo.

En 1875 Ulises Francisco Espaillat inició una campaña contra el merengue que fue totalmente inútil pues ya el baile se había adueñado del Cibao donde se hizo fuerte a tal punto que se asocia hoy esta región como cuna del merengue. A principios del presente siglo músicos cultos hicieron una gran campaña para la introducción de esta danza en los salones. Los músicos populares se unieron a esa campaña, la que encontraba siempre la resistencia que inspiraba el lenguaje vulgar de las letras que acompañaban el ritmo. Juan F. García, Juan Espínola y Julio Alberto Hernández, fueron pioneros en esa campaña. Su éxito no fue inmediato ya que a pesar de que establecieron la forma musical del merengue, no pudieron conseguir que el merengue penetrara en "la sociedad" y se considerara como una creación del pueblo dominicano aceptándola sin aspavientos.

El panorama cambió a partir de 1930, pues Rafael L. Trujillo en su campaña electoral usó varios conjuntos de "Perico Ripiao" y logro difundir el aire nuevo a zonas donde no se le conocía previamente, ayudándole mucho en esa difusión el uso de la radio recién llegada al país antes del inicio de la dictadura.


A pesar de esta gran difusión y propaganda no se aceptó de pleno el merengue en lo que se llamaba "la buena sociedad dominicana" hasta que en una familia de la "aristocracia" de Santiago, en ocasión de la celebración de una fiesta solicitaron a Luis Alberti, que iba a amenizar con su orquesta, que compusiera un merengue con "letras decentes", y éste accedió. Compuso para tal ocasión el "Compadre Pedro Juan", el cual no solo gustó, sino que causó furor, llegando a convertirse en el himno de los merengues. A partir de ese momento comenzó a diseminarse el merengue. Para esto la radio prestó una ayuda generosa.

Al diseminarse el merengue por todo el ámbito nacional, produjo, como toda manifestación cultural, variantes. Estas reflejan el manejo de los elementos culturales hecho al acomodo y conveniencia de algunos.

Como fueron músicos cultos los que fijaron la forma musical del nuevo merengue, los músicos populares trataron de imitar y seguir este modelo mientras que el hombre de campo continuó tocando el merengue de la misma forma. Esto dio origen a dos formas de merengue bien diferenciadas entre sí. El merengue folklórico auténtico que aún se encuentra en los campos, y el merengue de salón. Este último es el que más se difunde y el que la gran mayoría de personas creen que es folklórico.

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